Desde Belgrado: Novi Sad & Fruska gora & bodega y monasterio

Visita Novi Sad y disfruta de la perla entre las ciudades serbias, contempla la fortaleza de Petrovaradin, una de las más grandes de Europa, prueba el famoso vino Bermet y admira nuestros frescos y la historia en el monasterio Krušedol
Desde la Fortaleza de Petrovaradin, que nos espera alzándose orgullosa al borde de la orilla del Danubio, tendrás una vista inolvidable de toda la ciudad de Novi Sad. Hace unos siglos la fortaleza era la frontera entre el este y el oeste, entre dos grandes imperios, y todavía sus túneles subterráneos guardan muchos secretos...Hoy entre sus fuertes muros se celebra uno de los mayores festivales de música de Europa "Exit".

Paseando por las calles más antiguas de Novi Sad, admirando magníficos edificios barrocos, clásicos, neogóticos, coloridas fachadas, te enamorarás de su atmósfera llena de gracia y de sus habitantes que, incluso en esta época de rápidas comunicaciones, han conservado la tranquilidad y la amabilidad natural. ¡Imagínate cómo convencieron a la emperatriz María Teresa para que les vendiera una ciudad por 80000 forints húngaros! Y desde entonces fue el centro cultural de los serbios durante mucho tiempo, todavía llamada "Atenas serbia".

Como tranquilo guardián de la ciudad y de toda esta región, en una lejana prehistoria elevada como una isla del inmenso Mar Panónico, se encuentra la montaña Fruska Gora, que hoy es el parque nacional más antiguo de Serbia. Mientras disfrutamos de los paisajes de sus hermosas laderas, visitaremos Krušedol, uno de los monasterios ortodoxos más importantes de la montaña.

Siguiendo las huellas de la mayor migración del pueblo serbio desde finales del siglo XVII, llegaremos a Sremski Karlovci. Paseando por el instituto más antiguo de Serbia, la famosa fuente "4 leones", la catedral ortodoxa, con el sabor de la tarta de chocolate "Kuglof" en la boca, resolveremos el enigma: ¿Cuál es el otro Sol que dicen tener los habitantes de esta irresistible pequeña ciudad?

Al final de esta emocionante aventura, iremos a la bodega local donde, además de varios vinos de gran calidad, tendrás la oportunidad única de probar el Bermet, un vino de postre, especiado, que sólo se elabora en esta región. El tinto era la bebida favorita de la emperatriz María Teresa, ¡y la leyenda dice que también se vendía en el Titanic!

Para garantizar la disponibilidad de la reserva lo antes posible. Vale la pena reservar con antelación, especialmente si planeas el viaje durante la temporada alta, como los días festivos o los fines de semana.

La cancelación no es posible. Si lo cancela o no se presenta a la excursión, se le cobrará el precio total de la actividad y no se le devolverá el dinero que pagó.